Samsara es esa palabra que te da esperanza cuando todo lo ves negro y al mismo tiempo te advierte de que eres uno mas y que todo sigue su curso, que todo es igual a la vez anterior pero distinta a la siguiente. Te da esperanza porque quizás a la próxima vez nada se parezca, pero te hace consciente de saber que estas atrapado en un enorme ciclo.
(La foto pertenece a giga2)
En sánscrito, samsara significa «fluir junto», refiriendose en este caso al tránsito del alma por diversos estados, lo que conocemos como ciclo de nacimiento-muerte-renacimiento. Por si no lo sabíais, la palabra «samsara» está aceptada como un vocablo más en castellano por la RAE.
Tanto hinduismo como budismo aceptan sin discusión este concepto y lo asumen como propio prácticamente desde que comienzan a pensar.
Para los primeros, la idea de samsara significa estar atrapado en un ciclo constante que no acaba nunca. Solo aquellos verdaderamente entrenados y capacitados pueden salir del ciclo eterno. A esta liberación se le llama «moksa» o el famoso «nirvana» el cual puede ser alcanzado mediante diferentes técnicas que en occidente han sido implantadas como métodos de concentración o relajación pero que en oriente constituye un pie básico de sus creencias. Algunas de esas técnicas son el karma yoga (comprensión), raja yoga (meditación) o bhakti yoga (devoción).
En cambio, para el budismo el samsara tambien es conocido como los Seis Reinos de Existencia, por los cuales ha de transitar cada alma antes y volver a empezar, hasta que ese alma encontrase la Iluminación (como el Buda), lo cual significaría el cese del sufrimiento-dukha y del deseo. Estos reinos por los que el alma humana pasea, en orden descendente son:
-Humanos
–Asuras (semidioses)
–Devas (dioses, sin llegar a ser ni omniscientes, todopoderosos o inmortales)
-Animal (exceptuando seres vivos inmóviles -plantas- o invisibles -bacterias)
-Reino de los Pretas (espiritus hambrientos, anhelan en su mundo lo que mientras eran humanos envidiaron)
–Narakas o Nirayas (el Infierno o Purgatorio, el reino del verdadero sufrimiento. Se dividen en Helados y Ardientes)
Así pues, solo los humanos pueden alcanzar la liberación. A veces no es necesario ser budista o hinduísta para verse inmerso en un ciclo que nunca termina y el cual tiene diferentes fases, pero que siempre volvemos al principio y no sabemos cómo ni cuándo escapar. Puede ser una relación tormentosa, un trabajo que no soportamos, una familia que nos acorrala o una sociedad por la que pasamos desapercibidos.
Cada uno si quiere, puede autoanalizarse y entender cuál es el ritmo de su vida. Y quizás, escapar de el.